Mostrando su espada
Se me ocurrió la idea gracias a la publicación de Harry Troxell en el grupo FB (gracias Harry :)). Publicó una foto de Guy Williams y Romy Schneider durante la presentación de la espada. Su firma “Mostrando su espada” tenía un doble significado que no puedo resistir.
Utilizo aquí el nombre de Victoria de NWZ, pero para ser verdad, encaja tan bien con la versión de NWZ como con la de WDZ, por lo que puedes leer igual de bien Anna Maria o Magdalena o Elena o cualquier otro personaje femenino que más te guste emparejar.
Traducción por Mariana Melendez de “Love Potion Number Nine” por kasiaeliza
—– Mostrando su espada —–
Don Alejandro estaba de buen humor porque acababa de regresar de una exitosa subasta de ganado. Estaba caminando por el pasillo hacia su habitación cuando escuchó la voz de su hijo proveniente de su habitación. Sin embargo, lo que lo hizo detenerse fue una segunda voz femenina.
“¡La mujer del dormitorio de Diego!”
Se acercó y ahora escuchó la conversación con claridad, cada frase convertía su alegría en una ira burbujeante.
“Muéstrame tu espada, me lo prometiste.” – Fue ella.
“Por supuesto querida. Dame un segundo, lo saco”. – Definitivamente Diego.
El susurro de la ropa.
“¡Vaya, tu espada es realmente grande! Más grande cuando la miro de cerca. ¿Puedo tocarla?”
“Por supuesto, pero tócalo ligeramente. Es …”
Gemido femenino.
“… afilado.”
Alejandro sabía que Diego no tenía espada y ciertamente se mantenía alejado de las armas afiladas.
“Si te acuestas en la cama, te mostraré cómo uso mi espada”.
“¿Por qué en la cama?”
“Será más seguro de esta manera”.
“Oh, está bien entonces.” El susurro de las sábanas. “Tu puedes empezar.”
Fue demasiado para el viejo caballero. Irrumpió en la habitación como una tormenta gritando. “¡Cómo te atreves a comprometer la reputación de una pobre chica!”
Victoria estaba sentada en la colcha contra la pared y Diego estaba frente a ella. Cuando escuchó a su padre, se volvió hacia él con una espada bien reconocible en la mano.
“Solo le muestro a Victoria mi espada, padre.”
Alejandro miró los pantalones de su hijo, que aún estaban abotonados. Luego miró la espada.
“Esta no es tu espada. Es la espada del Zorro”.
“Precisamente. Mi prometida me pidió que le mostrara mi espada. Si quieres unirte a nosotros, cierra la puerta y siéntate en la cama junto a ella”.
Alejandro con la boca abierta se sentó. “La espada del Zorro, mi prometida. Victoria querida, pellízcame porque estoy soñando”.
“¡Aaaauuu, no estoy soñando!”